Buscar en este blog

viernes, 23 de marzo de 2012

Los cuentos de Ángel y de María Elena

Ángel y María Elena han sido dos de mis mayores ayudantes durante la primera infancia de mi hijo. Fueron creados para ayudar a mi peque a entender las consecuencias de sus actos, y crecieron con él.

Ángel es un niño de la misma edad que el mío, o que el tuyo, y como él, o como ella, es un poquito rebelde, un poco desobediente... y claro, le pasan cosas. Pero también es muy listo y aprende de sus errores, para que no le vuelvan a ocurrir esas cosas.

María Elena es obediente y dócil, pero muy, muy despistada. Tiende a no fijarse y a hacer las cosas al revés. Y claro, ella también se encuentra con resultados inesperados. Le cuesta un poco aprender pero lo intenta, lo intenta... y lo seguirá intentando.

Todos los cuentos de cada uno de ellos empiezan exactamente igual. También acaban con las mismas palabras siempre. Mi hijo lo agradecía, le daba una enorme seguridad y eso le permitía centrarse mucho más en el desarrollo de la historia y en el mensaje que yo quería transmitirle.

Por supuesto los cuentos eran convenientemente escenificados, con gestos, caras, tonos de voz… ¡qué os voy a contar que no sepáis de cómo hay que contar cuentos a los niños!

Fui inventando los cuentos a medida que los necesitábamos. Incluso llegó un momento en que mi peque me los sugería, cuando tenía que afrontar una situación que le generaba cierta ansiedad... así que me doy por satisfecha. Y aunque ahora mi hijo ya no me mire embelesado esperando el desenlace, agradezco infinitamente esas miradas a Ángel y a María Elena. Aquí os los iré dejando, por si os pueden echar una mano también con vuestros enanitos.